viernes, 18 de diciembre de 2020

NACIMIENTO DE JESUS

 NACIMIENTO DE  JESÙS 

LE  LLEGO EL TIEMPO DEL PARTO Y DIO  A LUZ  A SU HIJO PRIMIGÈNITO,LO ENVOLVIÒ EN PEÑALES Y LO ACOSTÒ EN UN PESEBRE, PORQUE NO TENÌA SITIO EN LA POSADA.




LA MEDITACIÒN EN LA FE BDE ESTAS PALABRAS HA ENCONTRADOEN ESTA AFIRMACION  UN PARALELISMO  INTERIOR CON LA PALABRA ,RICA  DE HONDO  CONTENIDO ,VINO A A SU CASA Y LOS SUYOS NO LO RECIBIERON.PARA EL SALVADOR  DEL MUNDO ,PARA  AQUEL EN VISTA DE CUAL TODO FUE CREADO ,NO HAY SITIO.

EL HIJO DEL  HOMBRE NO TIENE DÓNDE RECLINAR LA CABEZA .ANECDOTA 

JESÙS FUE CRUCIFICADO FUERA DE LA CIUDAD Y NACIO TAMBIEN FUERA DE SUS MURALLAS.

DESDE EL NACIMIENTO DE JESÚS SE SABE  QUE NO NACIO DE MANERA  RICA PODEROSA.

A FIN DE DE TODO DE DEPENDE  .ASÍ PUES EL CRISTIANO IMPLICA  DE TODOS LOS  CRISTERIOS DOMINATES ,PARA ENTRAR EN LA LUZ DE LA VERDAD SOBRE NUESTRO SER  Y,CON ESTA LUZ,LLEGAR  LA VIA JUSTA.

MARIA  PUSO  A SU NIÑO RECIÉN NACIDO EN UN PESEBRE .DE AQUÍ SE HA DEDUCIDO  CON RAZÓN QUE JESÚS  NACIO EN UN ESTABLO ,EN UN AMBIETE POCO ACOGEDOR  ESTARÍAMOS  TENTADOS  DE DECIR : INDIGNO , PERO QUE OFRECÍA  EN TODO CASO LA DISCRECION NECESARIA  PARA ESTE SANTO EVENTO.EN LA REGION EN TORNO A BELÈN SE USA N DESDE SIEMPRE  GRUTAS COMO ESTABLO .

MARÍA  ENVOLVIÓ AL NIÑO EN PAÑALES. PODEMOS     IMGINAR CON CUANTO  AMOR ESPERABA MARÍA  SU HORA Y PREPARABA EL NACIMIENTO DE SU HIJO .LA TRADICIÓN DE LOS ICONOS ,BASANDOSE EN TOLOGIA DE LOS PADRES HAN INTERPRETADO TAMBIEN EL PESEBRE  Y LOS PAÑALES.

EL NIÑO ENVUELTO Y BIEN CEÑIDO EN PAÑALES APARECE  COMO LA REFERNCIA  ANTICIPADA  A LA  HORA DE  SU MUERTE :ES  DESDE   EL PRINCIPIO  EL INMOLADO ,COM VEREMOS TODAVÍA CON MAS DETALLES AL REFLEXIONAR   SOBRE LA PALABRA  ACERCA DEL  PRMOGÉNITO.POR ESO EL PESEBRE DE REPRESENTABA  COMO UNA ESPECIE DE ALTAR.

CON LOS DOS SERES VIVIENTES  SE VA ENTENDER  CLARAMENTE  A LOS DOS  SERES VIVIENTES  SE DA A ENTENDER  CLARAMENTE  A LOS DOS  QUERUBINES  SOBRE LA CUBIERTA DEL ARCA  DE LA  ALIANZA , EN LA QUE DIOS ,MISTERIOSAMENTE  CUSTODIADO ,ESTÀ  ENTRE  LOS  HOMBRES ,Y ANTE  LA CUAL  HA LLEGADO  LA HORA DEL CONCIMIENTO DE DIOS .

NINGUNA  REPRESENTACION  DEL NACIMIENTO  RENUNCIARÀ AL BUEY Y AL ASNO.    

FIN.

sábado, 28 de noviembre de 2020

PRIMEROS LATIDOS DEL CORAZON DE JESUS

 PRIMEROS LATIDOS DEL CORAZON DE JESUS

AL  UNIRME A LA HUMANIDAD,DESDE UN PRIMER MOMENTO ADORE AL PADRE ETERNO  Y LE AGRADECI EL BENEFICICIOO HECHO AL GENERO HUMANO AL DARLE A MI MISMO ,SU HIJO UNIGENITO  PARA LA REDENCION HUMANA.LE ADORE Y LE  AGRADECI  EN EL NOMBRE DE TODAS LAS CRIATURAS  RACIONALES ,A LAS CUALES  ME DECLARE  SU HERMANO ;ME DIGE,  DESDE EL PRIMER MOMENTO ,QUE TODO LO QUE HUBIERA  REALIZADO  Y SUFRIDO EN CADA INSTANTE DE MI VIDA ,TODO LO REALIZARIA  Y PADECERIA  POR MIS HERMANOS  Y CON ESTO REMPLAZARIA  SU FALTA Y SU NEGLIGENCIA .
EN AGRADECIMIENTO  LE PEDI AL PADRE ETERNO  UNA GRACIA PARTICULAR PARA MI QUERIDA MADRE , Y FUE QUE CADA VEZ QUE YO RESPIRARA ,MIENTRAS ESTABA EN SU SENO,LE ACRECENTARA UN GRADO DE  GRACIA ,Y ESTA  FUERA PARA RETRIBUIRLE  EN ESTA VIDA EL CENTUPULO, PORQUE ESE RESPIRO  ME VENIA SUMINISTRADO POR EL ALIMENTO DE SU PURISIMO CORAZON . SE  DIGNO EL PADRE  COMPLACERME EN ESTO JUNTOS COMUNICAMOS  ESTE PARTICULAR  A MI QUERIDA MADRE ,DE MODO QUE SE ALEGRARA  EN EL GRADO SUMO Y SE COMPLACIERA  EN DAR ALBERGUE A SU QUERIDO HIJO .
UNA VEZ  QUE ACCEDIO  MI PADRE  A CONCEDER ESTOS DONES  A MI MADRE ,YO ,UNIDO A ELLA ,ESTOS ES MI ALMA  CON SU ESPIRITU ,LE DIMOS  LAS DEBIDAS GRACIAS ,Y YO LE AGRADECI TANTO DE MI PARTE  COMO LA PARTE DE MI MADRE : PORQUE ,COMO DIOS, MAS VALOR QUE AGRADECIMIENTOS Y POR  TANTO MAS  GRATOS ERAN PARA MI PADRE.
NOTA : ESTOS QUE ES ESCRITO ES LEGAL  ESTA SACADO  DE UN LIBRO LLAMADO VIDA INTERIOR DE JESUCRISTO.


martes, 24 de noviembre de 2020

TEMPO DE ADVIENTO ENTRANTE

 TIEMPO DE ADVIENTO  29 NOVEMBRE TERMINA  20 DICEMBRE DE DOMINGO EN DOMINGO



ESTA VENIDA PUEDE SER TRIPLE ; PRIMERO CRISTO ENCARNADOSE EN LAS ENTRANAS  DE LA VIRGEN ;LA SEGUNDA ,TODOS LOS DIAS  Y CONSISTE, EN SU VENIDA A NUESTRAS ALMAS POR MEDIO DE UNA GRACIA SOBRE NATURAL;TERCERA TENDRA LUGAR AL FINAL DE LOS TIEMPOS ,CUANDO EL SENOR VUELVA GLORIOSO A JUDGAR A VIVOS Y MUERTOS.

HAY QUE PRACTICAR : PENITENCIA ,DEL AYUNO Y LA MORTIFICACION  ,RENUNCIAR A LOS BIENES TERRENOS Y BUSCAR A LOS BIENES DEL CIELO ,RECOGIMIENTO INTERIOR ,INTIMO TRATO CON DIOS. 




jueves, 19 de noviembre de 2020

LOS CUATRO GRADOS EN LA ORACION

 

El tratado de los grados de oración

 

oración. ¿Por qué esa interpolación doctrinal a medio relato de su vida? La autora se limita a enunciarla al titular el capítulo 11, primero del tratado: Comienza a declarar, por una comparación que pone, cuatro grados de oración. Subrayemos los tres datos del epígrafe: comienza tema / se basa en una comparación / expondrá cuatro grados de oración. Es decir, que abandona de momento la línea narrativa y, para abrir sección nueva, opta por un cambio literario no estilado hasta el presente: desarrollará el tema sobre el entramado de una comparación. Comparación, en el léxico teresiano tiene valor polisémico, equivalente a: símil, imagen, alegoría, símbolo. De hecho se apoyará inicialmente en un símil elemental; luego, lo irá enriqueciendo y convirtiendo en un verdadero símbolo. Pero notemos sobre todo el dato tercero: tratará únicamente de cuatro grados de oración, como luego verá el lector. No anuncia un genérico tratado de la oración y sus grados, como repetidamente se ha dicho, sino de solos cuatro grados de oración en que el Señor ha puesto algunas veces mi alma (11,8).

2. Y notemos, finalmente, que el novedoso tratado comienza a vuelta de página con una categórica exigencia de secreto, impuesta al lector para lo que de aquí adelante dijere (10,7), exigencia que a todas luces carece de sentido en las páginas doctrinales del tratado (cc. 11…), y que se refiere al relato de las grandes gracias místicas que seguirán al reanudar la narración (capítulos 23-31). Prueba de que el tratado de los cuatro grados es un añadido de la segunda redacción del libro: la Santa ha creído necesario anteponerlo a la narración de sus grandes gracias místicas para ofrecer al lector una clave doctrinal que le permita entenderlas como un proceso unitario y no sólo como una serie de episodios inconexos.

3. Ha ocurrido, además, que en ese momento ha surgido su gran amistad con el P. García de Toledo, rápidamente iniciado en experiencias místicas similares a las de la autora, y para adoctrinarlo introduce la 'comparación del huerto' y su desarrollo: servirá para dar recreación a vuestra merced…, gustaré se ría si le parece desatino la manera del declarar…, dado que él [el P. García] riega este vergel con todas estas cuatro aguas, aunque la postrera aún no se le da sino a gotas (11,6-8). De suerte que el tratadillo tiene razón bivalente: sirve de premisa que facilite la comprensión de la subsiguiente narración mística y hace de iniciación orientadora al neófito místico que es el primer lector.

4. 'La comparación'. – Como hemos indicado, 'la imagen del huerto' sirve a la Santa para articular el tratado doctrinal. El 'huerto del alma' es tópico frecuente en la literatura espiritual, desde el célebre 'hortus conclusus' del Cantar de los Cantares, o el 'hortus irriguus' de Jeremías 31,12. Pero en su pluma adquiere flecos y matices originales a la vez que envergadura de símbolo, porque, según asegura ella misma, la imagen del huerto ha pasado previamente por su experiencia: Regálame esta comparación, porque muchas veces en mis principios… me era gran deleite considerar ser mi alma un huerto y al Señor que se paseaba en él (14,9).

5. Destaquemos los elementos que se van incorporando al símbolo con valor doctrinal: el huerto es el alma del orante; el agua es la vida o la gracia; el riego, la oración; las flores y claveles son el aroma de bien que impregna la vida del orante; los frutos, las virtudes (frutos de que se nutre el orante, que a su vez 'reparte la fruta y da de comer a otros'); el hortelano es el responsable del huerto y del riego, encargado de arrancar las malas hierbas y distribuir los frutos; finalmente, Dueño absoluto del huerto y del hortelano es el Señor, de quien procede al agua de riego y a quien asciende el aroma de las flores y los frutos del vergel.

6. El tratado distingue cuatro maneras de regar: pozo, noria, arroyo, lluvia del cielo. Corresponden a cuatro grados de oración: meditación, oración de quietud, sueño de potencias, unión. Con neta diversidad de participación por parte del hortelano y del Señor del huerto: solo un grado a cargo del primero (oración ascética), ytres por plena iniciativa del segundo (oración mística). Cada grado se desarrolla así: primero se dice en qué consiste, y luego su influjo en la vida del orante. Los esbozamos esquemáticamente:

– grado primero: oración del principiante, meditación discursiva, entretejida de reflexión y afecto, sobre temas variados, evangélicos u ocasionales, especialmente la Pasión del Señor. Al principiante se le dan consignas prácticas: determinación, perseverar en la oración a toda costa, orar la vida, enamorarse mucho de la Humanidad de Cristo. Sobre todo, no entrenarse en falsos vuelos místicos, 'inasequibles' por propio esfuerzo. Teresa no es partidaria del vacío mental.

– grado segundo: primera experiencia mística en la oración, puro don de Dios; quietud de la voluntad, fascinada por el misterio de Dios, pero sin la aquiescencia de las restantes funciones interiores: divagación de la fantasía, pero no hacer caso de la loca de la casa. En la oración, primera experiencia de la acción de Dios, 'que tiene su deleite en estar con los hombres'.Experiencia fruitiva de su presencia envolvente. Amar es ejercicio principal y 'gustoso'. Con gran influjo en el cambio de vida.


– grado tercero: La experiencia de la presencia y la acción de Dios se extiende a toda la actividad interior, a todo el ser. Toda ella quería fuese lenguas para alabar al Señor. Todo su cuerpo y alma querría se despedazase para mostrar el gozo que con esta pena siente. Pura doxología. Total cambio de vida. Irradiación sobre los demás. Prolongada efervescencia preextática. (La nomenclatura 'sueño de potencias' la toma de Laredo, Subida del Monte Sión, II,19).

– grado cuarto: experiencia de la plena unión con Dios. Oración de total conformidad con la voluntad divina. El orante se ha entregado a la acción desbordante de Dios. Es como un poseso de Dios. En poesía: vuestra soy, para Vos nací…: clara conciencia y experiencia de que el orante 'es de Dios' y 'para Dios'. Múltiples episodios místicos, de éxtasis, vuelo de espíritu, arrobamientos…

7. Las cuatro etapas son un proceso que comienza en la acción del hombre y termina en la de Dios. Pero la oración no crece como acción sino como relación. La oración no establece una relación paritaria, aunque Dios se abaje a tener sus deleites en el hombre (Prov. 8,31). Por el lado de Él, la relación tiene posibilidades infinitamente superiores. De ahí la preponderancia de los grados místicos. El tratado refleja directamente la evolución de la oración de Teresa, que no corresponde necesariamente a la de cualquier orante.

viernes, 2 de octubre de 2020

NOVENA DEL ABANDONO A LA VOLUNTAD DE DIOS


 

Novena del Abandono a la Voluntad de Dios

Uno de los tesoros de las palabras que Jesús le dijo a Dolindo fue la enseñanza sobre el abandono total a Dios. En esta novena, Jesús está hablando con el padre Dolindo y también a ti. Para Jesús no existe novena mejor que esta, sólo dices: “Oh Jesús, me abandono a ti. Jesús, asume el control”. Este acto de abandono es más poderoso que muchas oraciones.




 NOVENA


Día 1

¿Por qué se confunden al preocuparse? Dejadme a mí el cuidado de vuestros negocios y todo mantendrá la calma. Le digo que todo acto de verdadera, ciega y completa rendición a mí me produce el efecto que deseáis y que resuelve toda complicada situación.

Oh Jesús, me abandono a ti. Jesús, asume el control (Repítelo 10 veces).
 
Día 2

Entregarse a mí no significa ni inquietarse, ni estar amargado, ni perder la esperanza, ni tampoco significa ofrecerme una oración pidiéndome que le siga y transformarle la preocupación en oración. Está en contra de esta entrega, profundamente en contra, la preocupación, el estar nervioso y pensar en las consecuencias de todo. Es como la confusión que sienten los críos cuando les piden a su madre atender a sus necesidades, y luego intentan ocuparse de esas necesidades por sí mismos con el fin de que sus intentos se entrometan en el camino de su madre. Rendir significa cerrar plácidamente los ojos del alma, rechazar los pensamientos de tribulación y ponerse en mi cuidado, para que sólo yo actúe, diciendo “Ocúpate tu”.

Oh Jesús, me abandono a ti. Jesús, asume el control (Repítelo 10 veces).
 
Día 3

¡Cuántas cosas realizo cuando el alma, tanto en sus necesidades espirituales como en aquellas materiales, se vuelve a mí, me mira y diciéndome: “Jesús, ocúpate Tú de ello”, cierra los ojos y reposa. Obtenéis pocas gracias cuando os atormentáis por producirlas, sin embargo tenéis muchísimas cuando la oración es un encomendarse plenamente a mí. En el dolor, vosotros oráis para que yo obre, pero para que obre como creéis que debo obrar… No os dirigís a mí, sino que queréis que yo me adapte a vuestras ideas; no sois enfermos que piden al médico que les cure, sino que le sugerís la cura. No obréis así, sino orad como os he enseñado en el Padrenuestro: Santificado sea tu nombre, es decir, sed glorificado en esta necesidad mía. Venga a nosotros tu reino, o sea, todo contribuya a tu reinado en nosotros y en el mundo. Hágase tu voluntad así en la tierra, como en el cielo, es decir, dispón Tú, en esta necesidad, como mejor te parezca en lo tocante a nuestra vida temporal y eterna.

Si me decís de verdad: “hágase tu voluntad”, que es lo mismo que decir: “Jesús, ocúpate Tú de ello”, yo intervendré con toda mi omnipotencia y venceré las mayores dificultades.

Oh Jesús, me abandono a ti. Jesús, asume el control (Repítelo 10 veces).
 
Día 4

Mira, ¿tú ves que la enfermedad apremia en vez de menguar? No te turbes, cierra los ojos y dime con confianza: hágase tu voluntad, “Jesús, ocúpate Tú de ello”. Te digo que así lo haré y que intervendré como médico, y que hasta obraré un milagro cuando fuere menester. ¿Ves que el enfermo empeora? No te desanimes, sino cierra los ojos y di: “Jesús, ocúpate Tú de ello”. Te digo que yo me ocuparé, y que no hay medicina más poderosa que una intervención mía de amor. Me ocuparé de ello sólo cuando cerréis los ojos.

Oh Jesús, me abandono a ti. Jesús, asume el control (Repítelo 10 veces).
 
Día 5

Y cuando yo os tenga que liderar por un camino diferente al que vais, yo os prepararé; os llevaré en brazos; dejaré que os encontréis, como cuando los niños duermen en brazos de sus madres, al otro lado del río. Lo que os preocupe y os duela inmensamente son vuestra razón, vuestros pensamientos y preocupaciones, y vuestro deseo de afrontar lo que os afecta.

Oh Jesús, me abandono a ti. Jesús, asume el control (Repítelo 10 veces).
 
Día 6

No descansáis nunca, queréis valorarlo todo, escudriñarlo todo, pensar en todo, y os abandonáis así a las fuerzas humanas, o peor, a los hombres, confiando en su intervención. Es esto lo que obstaculiza, impide mis palabras y mis cálculos. ¡Oh, como deseo vuestro abandono para beneficiaros!, ¡Y cuanto me aflijo al veros turbados! Satanás tiende precisamente a esto: a turbaros para apartaros de mi acción y arrojaros a la merced de las iniciativas humanas. Confiad por eso sólo en mí, reposad en mí, abandonaos a mí en todo.

Oh Jesús, me abandono a ti. Jesús, asume el control (Repítelo 10 veces).
 
Día 7

Yo obro milagros en proporción del pleno abandono en mí, y a la ausencia de preocupaciones vuestras. ¡Yo derramo tesoros de gracia cuando vosotros estáis en la plena pobreza! Si apreciáis vuestros recursos, por pocos que sean, o si los buscáis, os halláis en el campo natural de las cosas, que es a menudo frecuentemente obstaculizado por Satanás. Ningún razonador o ponderador ha hecho milagros, ni siquiera entre los santos: obra divinamente quien se abandona a Dios. Cuando veas que las cosas se complican, di con los ojos del alma cerrados: “Jesús, ocúpate Tú de ello”. Y distráete, apártate de ti porque tu mente es penetrante… y para ti es difícil ver el mal y tener confianza en mí. Haz así para con todas tus necesidades; obrad así todos y veréis grandes, continuos y silenciosos milagros. Os lo aseguro por mi amor. Y yo me ocuparé de ello, os lo aseguro.

Oh Jesús, me abandono a ti. Jesús, asume el control (Repítelo 10 veces).
 
Día 8

Cerrad los ojos y dejaos llevar por la fluida corriente de mi gracia; cerrad los ojos y no pensad en el presente, alejando, del futuro, los pensamientos, igual que lo haríais de la tentación. Reposad en mí, confiad en mi bondad y os prometo por mi amor que si decís “Jesús, ocúpate tu” que yo me ocuparé de todo; yo os consolaré, os liberaré y os guiaré.

Oh Jesús, me abandono a ti. Jesús, asume el control (Repítelo 10 veces).
 
Día 9

Rogad siempre con esta disposición de abandono y tendréis gran paz y grandes frutos, incluso cuando yo os concedo la gracia de la inmolación de reparación y de amor, que importa el sufrimiento. ¿Te parece imposible?.
Cierra los ojos y di con toda el alma: “Jesús, ocúpate Tú de ello”. No temas, me ocuparé de ello y bendecirás mi Nombre humillándote. Mil plegarias no valen lo que un solo acto de abandono vale: recordadlo bien. No hay novena más eficaz que esta:

Oh Jesús, me abandono a ti. Jesús, asume el control (Repítelo 10 veces).

Madre, soy tuyo ahora y siempre. A través de ti y contigo siempre quiero pertenecer completamente a Jesús.

Amén.





 

miércoles, 30 de septiembre de 2020

NOVENA A SAN RAFAEL ARCANGEL

 

Novena al Glorioso Arcángel San Rafael





Arcángel san Rafael

Médico y medicina de los dolientes, guía y defensor de los caminantes, abogado y protector de los pretendientes, consuelo y alivio de los afligidos.

 
ADVERTENCIAS
(forma de hacer esta Novena con mayor perfección y fruto)

La primera y principal, es confesarce y comulgar, para ponerse por este medio en gracia y amistad con Dios; pues así nos concederá su Majestad, como amigos suyos, los favores que le pedimos y deseamos; y aunque esta diligencia se debía hacer el primer día, se puede trasladar a cualquier día de la Novena.

La segunda y muy especial, es obligar a la Reina de los ángeles, renovando en nuestras almas las devociones antiguas, y acrecentando la confianza en la protección de esta poderosísima Señora; pues todos los beneficios y favores, que comunica Dios a sus criaturas, pasan y se participan por las liberales manos de su santísima Madre.

La tercera y más propia, es procurar imitar aquellas especiales virtudes que ejercitaba el santo Tobías, y por las cuales mereció que el santo Arcángel le comunicase tan singulares favores. Estas, según las refiere el mismo santo Arcángel fueron la oración, la limosna y el ayuno, la caridad con los prójimos, y la misericordia y piedad con los difuntos. Estas mismas procurará ejercitar en cuanto pudiere el que hiciere la Novena y espere lograr lo que tan cumplidamente logró el mismo Tobías, pues como dice la Historia sagrada, el santo Arcángel ofreció, y le consiguió de su Majestad, aun mucho más de lo que deseaba.

Se puede hacer esta Novena en cualquier tiempo del año, cuando la necesidad, o la devoción de cada uno le dictare. Pero parece que será muy acertado, por lo que mirar a la devoción publica, hacerla desde el último jueves del Carnaval hasta el primer viernes de cuaresma; pues en estos nueve días se incluyen los tres de Carnestolendas (periodo que comprende los tres días anteriores al miércoles de ceniza), que serán muy bien empleados, si se gastaren en esta devoción, y no en los pasatiempos y diversiones en que suelen emplearse.

Por lo que toca a la devoción privada de cada uno, podrá hacer la Novena en nueve lunes continuados por ser este día el dedicado a los coros de los ángeles. También la podrá hacer en cualesquiera días y tiempos del año, y tal puede ser la urgencia y la necesidad, que se podrá hacer en el espacio de un día, en nueve tiempos oportunos y discontinuados. También se podrá hacer, cuando se ha de emprender un viaje largo ya sea por tierra, por ser este santo Arcángel el especial protector de los caminantes. También cuando se pretende tomar estado, por el singular acierto que tiene san Rafael en punto tan dificultoso de acertar. En las cobranzas dificultosas se puede también obligar al santo Arcángel con su Novena, porque fue el mas desinteresado agente en la cobranza de Tobías. Y sobre todo en las enfermedades, porque su mismo nombre Rafael, es lo mismo que medicina de Dios. Y esta sagrada medicina la encontrará siempre con seguridad el que con fervor y confianza hiciere la Novena a este sagrado príncipe y soberano Arcángel san Rafael, procurando hacerla delante de su imagen; ya en la iglesia, de la que está en el altar mayor, ya en su casa, delante de su estampa.

Hincado de rodillas delante de la imagen del glorioso Arcángel san Rafael, se dará principio a su Novena con la señal de la santísima cruz: y levantando el corazón a Dios, procurar alentar la confianza y avivar la fe; haciéndose presente con la consideración a toda la corte celestial, y a la Reina de los ángeles, como especial abogada nuestra, en cuya presencia con humildad, dolor y arrepentimiento, dirá de todo corazón el acto de contrición.


Por la señal de la Santa Cruz,
De nuestros enemigos,
Líbranos Señor,
Dios nuestro.

En el nombre del Padre,
Del Hijo,
Y del Espíritu Santo, Amén.

ACTO DE CONTRICIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Padre, Creador y Redentor mío, por ser Vos quien sois, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido, y propongo firmemente la enmienda de nunca más pecar, de apartarme de las malas ocasione, confesarme, y cumplir la penitencia que se me fuere impuesta. Os ofrezco Señor mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados; y confío en vuestra bondad, y misericordia infinita me los perdonaréis, y me daréis gracia para enmendarme, y para perseverar en vuestro santo servicio hasta el fin de mi vida. Amén

ORACIONES PARA TODOS LOS DÍAS
Glorioso Arcángel san Rafael, sagrado príncipe de los siete que asisten al trono supremo del mismo Dios; si es para gloria de su Majestad divina y para honra de vuestra alteza, que yo consiga lo que deseo y pido en esta Novena, alcanzadme esta gracia del Señor, y si no enderezad mi petición, y pedid para mi a Dios aquello que mas me conviene, para mayor gloria suya, vida y provecho de mi alma.

ORACIÓN

Dios y Señor de los ángeles, a los cuales encomendáis la guarda de los hombres: yo os ofrezco los merecimientos de estos soberanos espíritus, y los de vuestro Arcángel san Rafael, que siendo de los supremos, bajó a ser guía, guarda y compañero de aquel piadoso joven Tobías, librándole en los caminos de los peligros de cuerpo y alma. Yo os suplico, que me concedáis la guarda, guía y protección de este santo Arcángel, y la gracia que pido en esta Novena a mayor honra y gloria vuestra. Amén.

Aquí se rezará tres veces el Padre Nuestro y Ave María.

Padre Nuestro
Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.


Ave María

Dios te salve María
llena eres de gracia
el Señor es contigo;
bendita tú eres
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto
de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la ahora
de nuestra muerte. Amén.

 
Después se dirá a san Rafael la oración correspondiente a cada día:

[Primero]     [Segundo]

[Tercero]     [Cuarto]

[Quinto]     [Sexto]

[Séptimo]     [Octavo]     [Noveno]


 

DÍA PRIMERO
Santísimo príncipe de la gloria y poderoso Arcángel san Rafael, grande en los bienes de la naturaleza, grande en los dones de la gracia, grande en el ardor de la caridad, grande en el resplandor de la sabiduría, grande en la piedad con los hombres, grande en el poder contra los demonios, grande en la dignidad, grandísimo en la humildad. Medicina de Dios, médico de la salud, príncipe de las médicos, prefecto de las curaciones, salud de los enfermos, luz de los ciegos, gozo de los afligidos, custodio de los caminantes, guía de los peregrinos, maestro de los que desean la perfección, protector dela virtud, celador de la gloria de Dios, ensalzador de la limosna, del ayuno y de la oración. Ruégote, piadosísimo Príncipe, por aquella caridad con que acompañaste a Tobías el mozo, guardándole de muchos peligros, librándole a él y a Sara su esposa de aquel cruel demonio Asmodeo, sanando al anciano Tobías de la enfermedad que padecía en sus ojos, y llenando su casa y familia de muchos bienes; me asistas en las enfermedades, me acompañes en los caminos, y me defiendas del demonio y de la torpeza, para que viviendo castamente en esta vida, merezca ver la luz de Dios eterna; y también os suplico me alcancéis lo que os pido en esta Novena, si es para mayor gloria de Dios y bien de mi alma. Amén.

Oración final para todos los días.

 

DÍA SEGUNDO
Dios y Señor de los arcángeles, a los cuales encomendáis los negocios mas gravísimos de vuestra gloria, y utilidad de los hombres: yo os ofrezco los merecimientos de estos diligentes espíritus y los de vuestro Arcángel san Rafael, a quien enviasteis, como ministro de vuestras piedades, para asistir a los negocios y encargos de la cobranza y casamiento del obediente mancebo, hijo de Tobías, el cual logró por su medio con toda felicidad lo que deseaba: yo os suplico me concedáis el acierto en todos los negocios que se encargaren a mi cuidado, y el cumplimiento de mis obligaciones, y también la gracia que os pido en esta Novena a mayor honra y gloria vuestra. Amén.

Oración final para todos los días.

 

DÍA TERCERO
Dios y Señor de los principados, los cuales por medio de los ángeles arcángeles, alumbrando, instruyendo y mandando, cuidan de la salud de los hombres: según la disposición de vuestra divina voluntad; yo os ofrezco los merecimientos de estos celosísimos espíritus, y los de vuestro Arcángel Rafael, el cual instruyó al joven Tobías para que conociese la medicinal virtud de las entrañas de aquel pez, y le alumbró del porte perfecto y santo que había de tener con su esposa Sara, para lograr sin peligro el fruto de bendición: yo os suplico que me concedáis la instrucción y luz de este santo Arcángel para conocer la espiritual medicina de mi alma, y el acierto en el estado en que me pusiere vuestra santísima mano, y la petición que os hago en esta Novena a mayor honra y gloria vuestra. Amén.

Oración final para todos los días.

 

DÍA CUARTO
Dios y Señor de las potestades, que tienen especial poder para refrenar los demonios; yo os ofrezco los merecimientos de estos poderosísimos espíritus y los de vuestro Arcángel san Rafael, a quien disteis la singular potestad para que ligase y encadenase en el desierto del superior Egipto al cruel enemigo de la pureza y astuto demonio llamado Asmodeo, defendiendo por este medio a los hombres de sus abominables asechanzas: yo os suplico queme concedáis la gracia y virtud de la pureza, defendiendo mi alma de las tentaciones de este cruel enemigo, y me deis en esta Novena a mayor honra y gloria vuestra. Amén.

Oración final para todos los días.

 

DÍA QUINTO
Dios y Señor de las virtudes, por las cuales hacéis milagros y prodigios propios de vuestro soberano poder; yo os ofrezco los merecimientos de estos prodigiosos espíritus y los de vuestro Arcángel san Rafael, por quien obró vuestra poderosa mano los milagros de dar vista al anciano Tobías, librar del pez a su hijo, defender a Sara de las calumnias de su criada y darle logro feliz de su matrimonio con dichosa sucesión: yo os suplico, que por la mano de este santo Arcángel ejecutéis en mi alma los prodigios de darme luz para conoceros, paso seguro para seguiros, tolerancia para sufrir las injurias, y confianza para esperar el remedio, y me deis lo que os pido en esta Novena a mayor honra y gloria vuestra. Amén.

Oración final para todos los días.

 

DÍA SEXTO
Dios y Señor de las dominaciones, que presiden a todos los espíritus inferiores, ministros de vuestra providencia, y ellos se sujetan a vuestra voluntad prontos siempre para ejecutarla; yo os ofrezco los méritos de estos excelentes espíritus y los de vuestro Arcángel san Rafael, que siendo de los supremos y superiores espíritus, se humilló y rindió, mostrándose como siervo para conducir al joven Tobías, y restituyéndole a su casa, después de haberle instruido en la perfecta obediencia a su anciano padre y pacifico gobierno con su esposa y familia: yo os suplico que me concedáis una pronta y perfecta obediencia a todos mis mayores y superiores, y la petición que os hago en esta Novena a mayor honra y gloria vuestra. Amén.

Oración final para todos los días.

 

DÍA SÉPTIMO
Dios y Señor de los tronos en que descansáis, como en trono de vuestra Majestad; yo os ofrezco los merecimientos de estos altísimos espíritus y los de vuestro Arcángel san Rafael, que después de los trabajos de aquel dilatado y peligroso camino, en que acompañó a Tobías, le puso en el descanso y quietud de su familia, logrando en gran consuelo todos los bienes, que por su dirección había conseguido: yo os suplico que me concedáis el descanso y la quietud de vivir siempre en el amparo de vuestra altísima providencia, y otorgarme la petición que os hago en esta Novena a mayor honra y gloria vuestra. Amén.

Oración final para todos los días.

 

DÍA OCTAVO
Dios y Señor de los querubines, que están adornados de perfectísima sabiduría; yo os ofrezco los merecimientos de estos sapientísimos espíritus y los de vuestro Arcángel san Rafael, que con su admirable sabiduría se dio a conocer, manifestando su excelentísima naturaleza a sus dos encomendados y amigos Tobías el padre y el hijo, y les reveló los soberanos secretos y maravillas de Dios, dejándolos muy ilustrados en su conocimiento y sano temor; yo os suplico, que por la ilustración de este santo Arcángel, alumbréis mi entendimiento, para que yo logre la verdadera ciencia de serviros, agradaros y temeros, y también me otorguéis la gracia que os pido en esta Novena a mayor honra y gloria vuestra. Amén.

Oración final para todos los días.

 

DÍA NOVENO
Dios y Señor de los serafines, que os aman con un amor ardentísimo; yo os ofrezco los merecimientos de estos abrasados espíritus y los de vuestro Arcángel san Rafael, que con el fuego de su ardentísima caridad dejó encendidos los corazones de toda aquella familia del santo anciano Tobías, en el amor y deseo de servir a vuestra soberana Majestad, con verdadero y perseverante agradecimiento de los favores que recibieron de vuestra mano: yo os suplico que abraséis con vuestro divino amor el velo de mi tibia voluntad, y encendáis mi apagado corazón en un perpetuo agradecimiento a vuestros beneficios, y continua perseverancia en el camino de la virtud, y me deis lo que pido en esta Novena a mayor honra y gloria vuestra. Amén.

Oración final para todos los días.

 

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Después alentando cuanto se pudiere la confianza con las palabras
que a cada uno le dictare su afecto, le pedirá a san Rafael el favor que en especial desea conseguir.

(solicita aquí la gracia que deseas conseguir)


ORACIÓN A LA SERENÍSIMA REINA DE LOS ÁNGELES
(oración final para todos los días)

Serenísima Reina de los ángeles, medicina de la medicina, porque, Señora, sin vos no hay medicamento que sane. Vuestra virtud es el alma de los remedios, como bajó de vos la salud al mundo enfermo, baja por vuestra virtud la salud a todos los enfermos del mundo. Y así, soberana Señora, os suplicamos nos deis al médico perfecto Rafael, para que sea nuestro médico, siendo, Señora, vuestro, y cure nuestros males. Y siendo uno de los siete príncipes nobles que asisten a vuestro trono, por eso serán mas gratas tus alabanzas, y para nosotros mas poderosa su intercesión: pues lo que pidiere a Dios, a cuyo trono asiste, lo alcanzará, Señora, por vos, asistiendo a vuestro trono.
 
En el nombre del Padre,
Del Hijo,
Y del Espíritu Santo,
Amén.

sábado, 26 de septiembre de 2020

SANTA MATILDE DE HACKEBORN

 

Santa Matilde de Hackeborn






En el siglo XIII, santa Matilde, una monja benedictina en Alemania, recibió muchas visiones de Jesús durante su vida. Se escribió un libro sobre sus experiencias y Jesús se le apareció un día, sosteniendo este libro sobre su Corazón con su mano derecha. Él lo besó y le dijo: “Todo lo que está escrito en este libro ha brotado de Mi Corazón divino y volverá a él”. Jesús también le dijo: “Por la mañana, que tu primer acto sea saludar a mi Corazón y ofrecerme el tuyo. Quien suspira hacia mí, me atrae hacia sí”




LA ASISTENCIA DE MARÍA CON EL SAGRADO CORAZÓN

Nuestra bendita Señora es la Madre de los Cristianos bautizados; está encargada en desarrollar en ellos la vida de su Hijo divino, la cual recibieron en sus bautismo. El Libro de Gracia Especial nos muestra la solicitud de esta devota Madre. Sea en el desarrollo de Su vida en nosotros o en su renovación, es al Corazón de su Hijo donde ella siempre nos guía. Ella entendió mejor que los Apóstoles esas palabras dichas durante la Ultima Cena: "Yo soy el viñedo, ustedes las ramas; aquel que vive en Mi rinde mucha fruta" (San Juan 15:5).

Durante un Sábado, mientras estaban cantando la Misa, Salve Sancta Parens, Matilde la saludó a la Bendita Señora, implorandole para obtener la verdadera santidad. La gloriosa Virgen le contestó: "Si tu deseas verdadera santidad, mantiénete cerca a mi Hijo, quien es Santidad pura y quien santifica todas las cosas." Matilde le preguntó entonces como iba a poder llevar a cabo este consejo y nuestra Señora le contestó con gran bondad:

Ten presente Su santa infancia, ya que Su inocencia compensará por todas las acciones y omisiones de tu infancia.

Ten presente Su fervorosa juventud, tan llena de amor, ya que será lo suficiente para encender el horno del amor divino; con ella la tepidez y vagabundez de tu juventud será reparada.

Ten presente Sus virtudes divinas, las cuales enoblecerán y elevarán tus actos.

Ten presente tambien a Mi Hijo ante tus ojos en dirigirle todos tus pensamientos, palabras y actos. Él quien hizo todo perfectamente ha de restaurar todo lo que es imperfecto en ti.

Depende tambien de Él, tal como una esposa depende de su esposo; ella es alimentada y vestida a costo de él, y por su amor a él ella honra y aprecia su familia y sus amigos.

El alma debe ser nutrida por la Palabra de Dios, como si fuera la comida mas deseada; debe ser vestida y adornada cuidadosamente con lo que lo complace.

Con el ejemplo de Sus virtudes, debemos esmerarnos en imitarlas. Debemos hacer Su familia la nuestra, es decir: amar a Sus Santos, alabarlo a Dios junto a ellos y alentarlos a alabar a Su amado con nosotros.

De esta forma el alma tambien será santo de acuerdo con lo que está escrito, Con los santos tu serás santo (Salmo 18:26), de la misma manera que una reina es reina porque participa en la dignidad del rey.

El estar y permanecer con Jesús: ese es el secreto de toda santidad; mantenerse con Jesús en todas las vicisitudes de nustra vida, con Él en los misterios de Su infancia, Su juventud, Su vida y muerte, Su Resurrección y Su Gloria. ¡Feliz es aquel que entiende este secreto! El pronto obtendrá (y sin gran esfuerzo) la vida Cristiana, hasta en su expresión de máxima perfección.

Con certeza segura, en un día tal vez cercano, otros grandes obstáculos se presentarán en el estrecho camino que nos conduce al Cielo; pero el Sagrado Corazón estará con nosotros para poder vencerlos.

De todos los obstáculos hay uno que podremos vencer facilmente, si nos mantenemos constantemente devotos a Él, de acuerdo con la recomendación de nuestra Señora: el tener orgullo propio. El Corazón de Jesús brilla tanta luz sobre nuestra alma y sus imperfecciones que podemos facilmente escapar de esa satisfacción y orgullo natural y de la indolencia que resulta de ellos.
 
 
LAS AGUAS DE LA VIDA ETERNA

La sirviente de Dios un día se vió forzada a quejarse a nuestra Bendita Señora de un obstáculo que pensó le prevendría su progreso en el servicio de Dios. La Madre Bendita le dijo entonces: "Vé y preséntate ante mi Hijo respetuosamente."

La santa se postró ante los pies de nuestro Salvador y, al levantarse, vió como sobre Su pecho se apareció un espejo muy brillante; de ahí parecían aparecerse otros espejos que cubrían la enteridad de Su sagrada Persona. Entendió todo esto como quierendo decir que todos los miembros de Cristo en sus varias operaciones brillan ante nosotros como espejos y, a su vez, todas estas operaciones proceden del amor de Su corazón.

Sus pies, los cuales son Sus deseos, arden por nosotros; Él puede ver lo fríos que son nuestros deseos por las cosas espirituales, y lo desamparados que estamos por causa de las cosas humanas.

Las rodillas de Cristo son espejos de humildad para nosotros. Estaban plegadas tanto para nosotros en oración, y tambien cuando Él lavó los pies de sus Apóstoles. En esto podemos reconocer nuestro orgullo, el cual nos evita humillarnos, aunque somos en el fondo nada mas que polvo y cenizas.

El Corazón de Cristo es para nosotros un espejo del mas ardiente amor donde podemos ver claramente la frialdad de nuestros propios corazones hacia Dios y hacia nuestro prójimo.

La boca de Cristo es para nosotros un espejo de palabras dulces, llenas de alabanza y agradecimiento. Podemos reconocerlo con el sinvalor de nuestras propias palabras y en nuestras omisiones de divina alabanza y en la oración hacia Él.

Los ojos de nuestro Señor son para nosotros los espejos de la verdad divina; en ellos podemos ver la oscuridad causada por nuestra falta de fe, la cual nos dificulta conocer la verdad.

Los oidos de nuestro Señor son para nosotros los espejos de la obediencia, ya que Él siempre estuvo listo para obedecer a Dios Padre y a escuchar nuestras oraciones.

El alma bautizado por lo tanto debe amar el Sagrado Corazón de Jesús, si desea vivir la vida divina, de la cual recibió la semilla en las aguas de su bautismo.

De este Sagrado Corazón fluyen las aguas de la vida eterna.

Matilde vió estas aguas preciosas corriendo y desparramandose sobre las almas. Ella ahora las llamó un rio, luego un arroyo y otra vez una fuente; el rio, el arroyo y la fuente fueron todas capaces en purificar todas las almas.

El rio, nos dice, fluye del Corazón de Jesús, inundando las almas, penetrandolas completamente, alejando la tristeza y desparramando alrededor la alegría de la Ciudad de Dios.

El pequeño arroyo que nace del Corazón de Jesús se oculta en las aguas bautismales para poder desparramarse sobre todos los que reciben la regeneración espiritual.

La fuente humilde viviente y cristalina de aguas fluye suavemente del Sagrado Corazón a las almas llenas de amor por Él.  
 
 
 
 
 

 
 

 
 
 

 
 
 

 
 
 
 
El "Padre Nuestro" de Santa Matilde para las Almas del Purgatorio

PADRE NUESTRO QUE ESTÁS EN LOS CIELOS ... Yo te suplico, oh Padre Celestial, perdona a las pobres almas del purgatorio porque ellas no te han amado como su Señor y Padre que por Tu amor y generosidad habías acogido como hijas, y no Te han rendido ese amor que Te correspondía, sino que con el pecado Te han echado de su corazón, donde Tu querías habitar para siempre. En reparación de esas culpas yo te ofrezco ese amor y ese honor, que Tu Unigénito Hijo Te ha tributado durante su vida terrenal, y todas las obras y las penitencias y las reparaciones con las que Él ha lavado y expiado todas las culpas de los hombres. Amén.

SANTIFICADO SEA TU NOMBRE ... Yo te suplico incesantemente, Clementísimo Padre: perdona a las pobres almas, porque ellas no siempre han sabido respetar y honrar Tu Santo Nombre, sino que a menudo lo han tenido irreflexiva y superficialmente en los labios y con una vida pecaminosa se han hecho indignas del nombre de cristianas. En satisfacción de estos pecados yo Te ofrezco el honor que Tu amado Hijo Te ha dado en la Tierra con su Palabra y acciones y ha glorificado Tu Nombre. Amén.

VENGASE TU REINO ... Yo te ruego oh, Clementísimo Padre: perdona perdona a las pobres almas porque ellas no siempre han deseado ardientemente Tu Reino, donde solo está la verdadera paz, el verdadero descanso. En reparación de la superficialidad en realizar el bien, yo Te ofrezco los santos anhelos de Tu Hijo, con los cuales Él busca, desea y quiere que ellas también sean coherederas de Tu Reino. Amén.

HÁGASE TU VOLUNTAD EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO ... Yo Te ruego, Clementísimo Padre: perdona a las pobres almas, porque ellas no han sometido su voluntad a la Tuya y no siempre han tratado de realizarla en todas las cosas, sino que a menudo han vivido según sus gustos, a su manera, han obrado y se han comportado contra tu Querer. Por su desobediencia yo Te ofrezco una perfecta unión del corazón muy querido de Tu Hijo con tu Santísima Voluntad y su profunda sumisión, habiendo sido Él obediente hasta la muerte. Amén.

DANOS HOY NUESTRO PAN DE CADA DÍA ... Yo Te ruego, Padre Bueno: perdona a las pobres almas porque ellas han recibido muchas veces el Santísimo Sacramento del Altar sin un vivo deseo, sin atención, sin ardiente amor y hasta indignamente, y con gran descuido al recibirlo. Por todos estos pecados suyos yo Te ofrezco la gran Santidad y Devoción de Jesucristo, Hijo Tuyo, como también su ardiente Amor, con el cual nos ha entregado este bien tan adorable. Amén.

PERDONA NUESTRAS DEUDAS, COMO NOSOTROS PERDONAMOS A NUESTROS DEUDORES ... Yo Te ruego, amadísimo Padre: perdona a las pobres almas del Purgatorio todos los pecados de los cuales están cargadas, de los Siete Pecados Capitales, y sobre todo, porque ellas no han amado a sus enemigos y no los han querido perdonar. Por estos pecados yo Te ofrezco, la amorosa plegaria, que Tu Hijo Te ha dirigido desde la Santa Cruz por todos sus enemigos. Amén.

Y NOS DEJES CAER EN LA TENTACIÓN ... Yo te ruego, Clementísimo Padre: perdona a las pobres almas porque ellas muchas veces no han opuesto ninguna resistencia a las tentaciones y a sus pasiones sino que han seguido al enemigo maligno y han satisfecho los deseos de la carne. Por toda esta variedad de faltas y pecados yo Te ofrezco su Santísima Vida, sus fatigas, su trabajo y su amarguísima Pasión y Muerte. Amén.

LIBERANOS DE TODO MAL ... y de todos los castigos a través de los Méritos Infinitos de tu Amadísimo Hijo, y guíanos a nosotros y tambien a las almas del Purgatorio al Reino de tu Gloria Eterna. Amén.
 
 
 
Las Cinco Ave Marías antes de recibir la Santa Comunión

La costumbre piadosa de SANTA MATILDE era de recitar cinco Ave Marías antes de recibir la Santa Comunión, y estas eran sus intenciones:

Durante el primer Ave María, le hizo recordar a nuestra Señora de la hora solemne cuando ella concebió un Hijo en su vientre virgen, bajo la palabra del Ángel, y lo Atrajo a Él desde el Cielo con su profunda humildad. La santa le pidió a la Virgen a obtenerle una conciencia pura y una muy profunda humildad.

Durante el segundo Ave María, le hizo recordar a nuestra Señora ese momento feliz cuando ella tomó a Jesús por primera vez en sus brazos y lo vió en Su Sagrada Humanidad. La santa rezó a María para obtener un verdadero conocimiento de si misma.

Durante el tercer Ave María, le imploró a nuestra Señora a recordarse que ella siempre estuvo preparada para recibir la gracia de Dios y que nunca puso un obstáculo para su libre operación. Le imploró tambien a María que obtenga para la santa un corazón siempre listo para recibir la gracia divina.

Durante el cuarto Ave María, le hizo recordar a nuestra Señora que con tan enorme devoción y gratitud ella recibió en la tierra el cuerpo de su amadíso Hijo, sabiendo mas que nadie la salvación que se encontraría allí en Él para toda la humanidad. Matilde le imploró que consiga que su corazón se llenara con sentimientos dignos de gratitud. Si los hombres supieran de las bendiciones que fluyen hacie ellos del cuerpo de Jesucristo, se desmayarían de ¡tanta! alegría.

Durante el quinto Ave María, le hizo recordar a nuestra Señora la recepción que su Hijo divino le dió cuando Él la invitó a tomar un lugar cerca de Él en el Cielo, en el medio de los transportes vividos con total felicidad.
 
 
 
 
 
 

 
 
 
 
 

OFRENDA MATUTINA EFICAZ A JESÚS

"Cuando te despiertes por la mañana, deja que tu primer acto sea saludar Mi Corazón, y ofrecerme el tuyo .... Quien respire un suspiro hacia Mi desde lo mas profundo de su corazón cuando despierta en la mañana y Me pida que obre en todos sus labores dentro de él a través del día, me atraerá a él ... Ya que nunca, nadie que respire un suspiro añorando su unión conmigo dejará de acercarme a ellos, más de lo que ya estaban cerca a Mi anteriormente." (Jesús a Santa Matilde)

 
 

martes, 22 de septiembre de 2020

COMUNION ESPIRTUAL GRAN REGALO DEL CIELO.

 EL VALOR DE LA COMUNIÓN ESPIRITUAL





San Juan María Vianney, el Cura de Ars, decía: “Una Comunión espiritual actúa en el alma como un soplo de viento en una brasa que está a punto de extinguirse. Cada vez que sientas que tu amor por Dios se está enfriando, rápidamente haz una Comunión espiritual”.
Hay que hacer la salvedad de que las Comuniones espirituales deben siempre tener la Comunión sacramental como meta.
Hay que alimentarnos sacramental y espiritualmente. Pero, mientras la Comunión sacramental tiene un límite (excepcionalmente, dos veces diarias), la Comunión espiritual puede repetirse cuantas veces uno quiera durante el día.
La Comunión sacramental nos une a Dios. La Comunión espiritual nos prepara para esa unión y nos mantiene unidos a El.
Deseas una Comunión espiritual? Cuan bella es el alma que necesita de ella! Te dejo una oración para ayudarte a que ores pidiendo una Comunión Espiritual:
"Creo, Jesús mío, que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del Altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma en este momento.
Pero como ahora no puedo recibirte sacramentado,
ven a lo menos espiritualmente a mi corazón.
(Pausa en silencio para adoración)
Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Vos.
No permitas, Señor, que jamás me separe de Vos." Amén.

CUANTAS VECES AL DÍA PUEDAS, ÁBRELE LAS PUERTAS DE TU ALMA A JESÚS, EL AMADO!

EL SECRETO DE LA VIRGEN MARIA

 EL SECRETO DE MARIA 

El Secreto De María – San Luis María Grignion De Montfort

La gracia de Dios es absolutamente necesaria.







Lo que de ti quiere Dios, alma que eres su imagen viva, comprada con la sangre de Jesucristo, es que llegues a ser santa, como Él, en esta vida, y glorificada, como Él, en la otra.
Tu vocación cierta es adquirir la santidad divina; y todos tus pensamientos, palabras y obras, tus sufrimientos, los movimientos todos de tu vida a eso se deben dirigir; no resistas a Dios, dejando de hacer aquello para que te ha criado y hasta ahora te conserva.

¡Qué obra tan admirable! El polvo trocado en luz, la horrura en pureza, el pecado en santidad, la criatura en su Creador, y el hombre en Dios. Obra admirable, repito, pero difícil en sí misma, y a la naturaleza por sí sola imposible. Nadie si no Dios con su gracia y gracia abundante y extraordinaria puede llevarla a cabo; la creación de todo el universo no es obra tan grande como ésta.

Y tú, alma, ¿cómo lo conseguirás? ¿Qué medios vas a escoger para levantarte a la perfección a que Dios te llama? Los medios de salvación y santificación son de todos conocidos; señalados están en el Evangelio, explicados por los maestros de la vida espiritual, practicados por los santos.

Todo el que quiera salvarse y llegar a ser perfecto necesita:

  • humildad de corazón,
  • oración continua,
  • mortificación universal,
  • abandono en la Divina Providencia
  • y conformidad con la voluntad de Dios.

Para poner en práctica todos estos medios de salvación y santificación, nadie duda que la gracia de Dios es absolutamente necesaria y que, más o menos, a todos se da. Más o menos digo, porque Dios, a pesar de ser infinitamente bueno, no da a todos el mismo grado de gracia, aunque da a cada uno la suficiente. El alma fiel con mucha gracia hace grandes cosas, y con poca gracia, pequeñas. Lo que valora y hace subir de quilates nuestras acciones es la gracia dada por Dios y seguida por el alma. Estos principios son incontestables.

Para hallar la gracia de Dios hay que hallar a María.

Todo se reduce, pues, a hallar un medio fácil con que consigamos de Dios la gracia necesaria para ser santos, y éste es el que te voy a enseñar. Digo, pues, que para hallar esta gracia de Dios hay que hallar a María.

Porque:

Sólo Maria es la que ha hallado gracia delante de Dios, ya para sí, ya para todos y cada uno de los hombres en particular; que ni los patriarcas, ni los profetas, ni todos los santos de la ley antigua pudieron hallarla.

Ella es la que al Autor de toda gracia dio el ser y la vida, y por eso se la llama Mater gratiae, Madre de la gracia.

Dios Padre, de quien todo don perfecto y toda gracia desciende como fuente esencial, dándole al Hijo, le dio todas las gracias; de suerte, que, como dice San Bernardo, se le ha dado en él y con él la voluntad de Dios.

Dios la ha escogido por tesorera, administradora y dispensadora de todas las gracias, de suerte que todas las gracias y dones pasan por sus manos y conforme al poder que ha recibido (según San Bernardino) reparte Ella a quien quiere, como quiere, cuando quiere y cuanto quiere, las gracias del Eterno Padre, las virtudes de Jesucristo y los dones del Espíritu Santo.

Así como en el orden de la naturaleza es necesario que tenga el niño padre y madre, así en el orden de la gracia es necesario que el verdadero hijo de la Iglesia tenga por Padre a Dios y a María por Madre; y el que se jacte de tener a Dios por padre, sin la ternura de verdadero hijo para con María, engañador es, que no tiene más padre que el demonio.

Puesto que María ha formado la Cabeza de los predestinados, Jesucristo, tócale a ella el formar los miembros de esa Cabeza, los verdaderos cristianos: que no forman las madres cabezas sin miembros, ni miembros sin cabeza. Quien quiera, pues, ser miembro de Jesucristo, lleno de gracia y de verdad, debe formarse en María, mediante la gracia de Jesucristo, que en ella plenamente reside, para de lleno comunicarse a los verdaderos miembros de Jesucristo, que son verdaderos hijos de María.

POSTS RELACIONADOSElla, por Ella y de Ella, produjo su obra maestra, el Verbo encarnado Jesucristo, como jamás la ha repudiado, continúa produciendo todos los días en Ella y por Ella a los predestinados, por verdadero aunque misterioso modo.

María ha recibido de Dios particular dominio sobre las almas, para alimentarlas y hacerlas crecer en Él. Aun llega a decir San Agustín que en este mundo los predestinados todos están encerrados en el seno de María, y que no salen a la luz hasta que esta buena Madre les conduce a la vida eterna. Por consiguiente, así como el niño saca todo su alimento de la madre, que se lo da proporcionado a su debilidad, así los predestinados sacan todo su alimento espiritual y toda su fuerza de María.

María es a quien ha dicho el Padre: «in Jacob inhabita», hija mía, mora en Jacob, es decir, en mis predestinados, figurados por Jacob; María es a quien ha dicho el Hijo: «in Israel haereditare», hereda en Israel, madre querida, es decir, en los predestinados; María es, al fin, a quien ha dicho el Espíritu Santo: «in electis meis mitte radices», arraiga fiel esposa, en mis elegidos. Quienquiera, pues, que sea elegido o predestinado, tiene a María por moradora de su casa, es decir, de su alma y la deja echar raíces de humildad profunda, de caridad ardiente y de todas las virtudes.

Molde viviente de Dios, forma Dei, llama San Agustín a María y, en efecto, lo es. Quiero decir que en ella sola se formó Dios hombre, al natural, sin que rasgo alguno de divinidad le faltaray en ella sola también puede formarse el hombre en Dios, al natural, en cuanto es capaz de ello la naturaleza humana, con la gracia de Jesucristo.

De dos maneras puede un escultor sacar al natural una estatua o retrato: primera, con fuerza y saber y buenos instrumentos puede labrar la figura en materia dura e informe; y segunda, puede vaciarla en un molde. Largo, difícil, expuesto a muchos tropiezos es el primer modo; un golpe mal dado, de cincel o de martillo, basta, a veces, para echarlo a perder todo. Pronto, fácil y suave es el segundo, casi sin trabajo y sin gastos, con tal que el molde sea perfecto y que represente al natural la figura; con tal que la materia de que nos servimos sea manejable y de ningún modo resista a la mano.

El gran molde de Dios, hecho por el Espíritu Santo, para formar al natural un Hombre-Dios, por la unión hipostática, y para formar un hombre-Dios por la graciaes María. Ni un solo rasgo de divinidad falta en este molde; cualquiera que se meta en él y se deje manejar, recibe allí todos los rasgos de Jesucristo, verdadero Dios; y esto de manera suave y proporcionada a la debilidad humana, sin grandes trabajos ni agonías; de manera segura y sin miedo de ilusiones, puesto que el demonio no tuvo ni tendrá jamás entrada en María, santa e inmaculada, sin la menor mancilla de culpa.

¡Oh alma querida, cuánto va del alma formada en Jesucristo, por los medios ordinarios de la que, como los escultores, se fía de su pericia, y se apoya en su industria, al alma bien tratable, bien desligada, bien fundida, que sin estribar en sí, se mete dentro de María y se deja manejar allí por la acción del Espíritu Santo! ¡Cuántas tachas, cuántos defectos, cuántas tinieblas, cuántas ilusiones, cuánto de natural y humano hay en la primera! Y la segunda, ¡cuán pura es y divina y semejante a Jesucristo!

No hay ni habrá jamás criatura, sin exceptuar bienaventurados, ni querubines, ni serafines de los más altos en el mismo cielo, en que Dios sea más grande que en la divina María.
María es el paraíso de Dios y su mundo inefable, donde el Hijo de Dios entró para hacer maravillas, para guardarle y tener en él sus complacencias. Un mundo hecho para el hombre peregrino, que es la tierra que habitamos; otro mundo para el hombre bienaventurado, que es el paraíso; mas para sí mismo, ha hecho otro mundo y lo ha llamado María; mundo desconocido a casi todos los mortales de la tierra, e incomprensible a los ángeles y bienaventurados del cielo, que, admirados de ver a Dios tan elevado y lejano, tan escondido en su mundo que es la divina María, claman sin cesar: «Santo, Santo, Santo».

Feliz y mil veces feliz es en la tierra el alma a quien el Espíritu Santo revela el secreto de María para que lo conozca, a quien abre este huerto cerrado, para que en él entre, y esta fuente sellada para que de ella saque el agua viva de la gracia y beba en larga vena de su corriente. Esta alma hallará a Dios sólo, sin las criaturas, en esta amabilísima criatura, a Dios, a la vez, infinitamente santo y sublime, e infinitamente condescendiente y al alcance de nuestra debilidad. Puesto que en todas partes está Dios, en todas, hasta en los infiernos, se le puede hallar: pero no hay sitio en que la criatura encontrarle pueda tan cerca y tan al alcance de su debilidad como en María, pues para eso bajó a ella. En todas partes es el Pan de los fuertes y de los ángeles, pero en María es el Pan de los niños.

Nadie, pues, se imagine, como algunos falsos iluminados, que María, por ser criatura, es impedimento para la unión con el Creador. No es ya María quien vive, es Jesucristo sólo, es Dios sólo quien vive en ella. La transformación de María en Dios excede a la de San Pablo y otros santos más que el cielo se levanta sobre la tierra.

Sólo para Dios nació María, y tan lejos está de ¡retener! consigo a las almas que, por el contrario, hace que remonten hasta Dios su vuelo, y tanto más perfectamente las une con él, cuanto con ella están más unidas. María es eco admirable de Dios, que cuando se grita: María, no responde más que: Dios; y cuando con Santa Isabel se la saluda bienaventurada, no hace más que engrandecer a Dios. Si los falsos iluminados, de quienes tan miserablemente ha abusado el demonio, hasta en la oración, hubieran sabido hallar a María y por María a Jesús y por Jesús a Dios, no hubieran dado tan terribles caídas. Una vez que se ha encontrado a María, y por María a Jesús y por Jesús a Dios Padre, se ha encontrado todo bien, como dicen las almas santas. Inventa, etc. Quien dice todo, nada exceptúa: toda gracia y amistad cerca de Dios, toda seguridad contra los enemigos de Dios, toda verdad contra la mentira, toda facilidad para vencer las dificultades en el camino de la salvación, toda dulzura y gozo en las amarguras de la vida.

Y no es que esté exento de sufrimientos y cruces el que ha encontrado a María mediante la verdadera devoción: lejos de eso, más que a ningún otro le asaltan, porque María, que es la madre de los vivientes, da a sus hijos los trozos del Árbol de la Vida, que es la cruz de Jesucristo; mas al repartirles buenas cruces, les da gracias para llevarlas con paciencia y aun con alegría (de suerte que las cruces que da Ella a los suyos son cruces de dulce, almibaradas más bien que amargas); o si por algún tiempo gustas la amargura del cáliz, que necesariamente han de beber los amigos de Dios, la consolación y gozo que esta buena Madre hace suceder a la tristeza, les alienta infinito para llevar otras cruces, aun más amargas y pesadas.

Una verdadera devoción a María es indispensable.

La dificultad está, pues, en saber hallar de veras a la divina María, para dar con la abundancia de todas las gracias. Dueño absoluto, Dios puede por sí mismo comunicar lo que ordinariamente no comunica sino por medio de María; y negar que alguna vez así lo haga, sería temerario; pero según el orden establecido por la Divina Sabiduría, como dice Santo Tomás, no se comunica Dios ordinariamente a los hombres, en el orden de la gracia, sino por María. Para subir y unirse a Él, preciso es valerse del mismo medio de que Él se valió para descender a nosotros, para hacerse hombre y para comunicarnos sus gracias; y ese medio es una verdadera devoción a la Santísima VirgenEl Secreto de María

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