Vida de Santa Bernardita Niñez humilde y enfermiza pero llena de piedad
Santa
Bernardette nació el 7 de enero, de 1844 en el pequeño pueblo de
Lourdes, en las hermosas montañas de los Pirineos franceses. En su
bautismo le pusieron el nombre de Marie-Bernard, pero desde pequeña la
llamaban por el diminutivo "Bernardette."
Su padre Francisco era un hombre honesto y recto pero no muy capaz en
los negocios. Trabajó como molinero para los Casterot, una familia
acomodada. Vivía con su familia en el molino de Boly. Su madre, Luisa
Casterot, se casó a los 16 años. Se pensaba que así su futuro estaría
asegurado pero las cosas no resultaron de esa manera. Cuando los
clientes venían a moler su trigo, la joven pareja les servía una comida
completa. Esto podía hacerse en tiempos de abundancia, pero llegó a
hacer crisis en tiempos de estrechez.
Las deudas forzaron a los Soubirous a dejar el molino y albergarse en
una celda, propiedad de un primo de Francisco, que había sido parte de
una prisión. En un solo cuarto vivían los seis, el padre, la madre y los
cuatro hijos. Los mayores eran hembras de las que Bernardette era la
primera, después de ella venía Toinette (dos años y medio más joven), y
luego los dos varones, Jean-Marie y Justin. Para conseguir el escaso pan
para los niños, Francisco y Luisa tomaban todo tipo de trabajos que
podían encontrar.
Cuando nació Bernardette la familia todavía tenía recursos. Una prueba
de ello es que la niña fue confiada a una nodriza por seis meses. La
nodriza, llamada Marie Avarant y de casada Lagues, vivía en Bartres, en
el campo a 5 millas de Lourdes. Marie Lagues amamantó a Bernardette por
15 meses, desde junio de 1844 a octubre de 1845. De acuerdo con la
costumbre ambas familias quedaron muy unidas entre sí.
Las dificultades económicas de la familia Soubirous dio oportunidad a
Marie para pedir hacerse cargo de Bernardette. El pretexto fue que le
ayudase con otros niños, pero en realidad la quería para el pastoreo de
ovejas. Quedó así como una pastorcita contratada aunque sin paga.
Al ir a Bartres le prometieron que podría prepararse con el sacerdote
del lugar para hacer su Primera Comunión. Tenía casi 14 años y era la
única niña de su edad en Lourdes que no la había recibido. Pero al ver
que era muy buena en su trabajo, la obligaban a pasar más tiempo
cuidando las ovejas, lo que no le permitía asistir a las clases de
catecismo. Los dos niños de la familia donde vivía se marchaban todas
las mañanas a las clases de catecismo, mientras a ella le exigían
marcharse al campo a pastorear. Esto le dolía mucho en su corazón.
Ha surgido un interrogante sobre la inteligencia de Bernardette. Muchos
sugieren que no era inteligente. Es cierto que ella aprendía con
dificultad y hasta ella misma decía que tenía "mala cabeza", queriendo
decir que tenía poca memoria. Al habérsele negado la posibilidad de
estudiar, Bernardette, a los 13 años de edad, todavía no sabía ni leer
ni escribir. El maestro Jean Barbet, quién en una ocasión le dio clases
de catecismo, decía de ella: "Bernardette tiene dificultad en retener
las palabras del catecismo porque no puede estudiarlas, ya que no sabe
leer, pero ella hace un gran esfuerzo en comprender el sentido de las
explicaciones. Aún mas, ella es muy atenta y, especialmente, muy piadosa
y modesta." Sin duda Bernardita había sabido cultivar un gran tesoro de
Dios: un corazón adornado de las mas bellas virtudes cristianas:
inocencia, amabilidad, bondad, caridad y dulzura.
El sacerdote de Bartres, Abbé Arder, si bien se marchó a un monasterio
poco después que llegara Bernardette, en los pocos contactos que tuvo
con ella pudo captar la excelencia de su corazón. El tenía mucha fe en
las apariciones de La Salette (1846), ocurridas once años atrás y así
comparaba a Bernardette con los niños de La Salette.
Decía: "Ella me parece una flor toda envuelta con perfume divino. Yo le
aseguro que en muchas ocasiones cuando la he visto, he pensado en los
niños de La Salette. Ciertamente, si la Santísima Virgen se le apareció a
Maximino y a Melania, lo hizo en orden a que ellos se convirtieran en
simples y piadosos como ella."
Ni la ignorancia, ni la pobreza, ni el aspecto enfermizo de Bernardette
le previnieron de apreciar en ella la simplicidad y la piedad.
Decía el Sacerdote en una ocasión: "Mira a esta pequeña. Cuando la
Virgen Santísima quiere aparecerse en la tierra, ella escoge niños como
esta"
Sus palabras fueron proféticas ya que a los pocos meses la Virgen se le
comienza a aparecer en la gruta de Massabielle, cerca de Lourdes.
Cuando Bernardette vio que su deseo de prepararse para recibir la
Comunión no era posible en Bartres, le pidió a María Lagues que le
permitiera ir a Lourdes donde insistió a sus padres que le concedieran
regresar a casa. Quería recibir la Primera Comunión y tendría que
empezar las clases de catecismo inmediatamente quería recibirla en 1858.
Sus padres accedieron y regresó a Lourdes el 28 de enero, de 1858, solo
14 días antes de la primera aparición de la Virgen.
Es importante, por lo tanto, comprender la razón por la que Bernardette
se encontraba en Lourdes cuando tenía 14 años y comenzaron las
apariciones: ella buscaba con todo su corazón recibir la Santa Comunión.
Las Virgen visita a un alma muy pura llena de amor por su Hijo, un alma
dispuesta a cualquier sacrificio para llevar a cabo la obra de Dios.
Bernardette, al verse impedida de recibir la comunión, recurre a la
Virgen, reza diariamente el rosario y la Virgen le abre las puertas. La
Virgen sabe que puede confiar en ella el trascendente mensaje que desea
comunicar al mundo.
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