ESPERA LA VIRGEN PURA
Espera la Virgen pura,
el momento ya inminente,
en que dé a luz al Infante que ha concebido en su vientre,
porque va a nacer el día veinticuatro de diciembre En la grávida doncella un gozo especial
se advierte y hay un brillo en su mirada que sobrepasa con creces la belleza y el candor que
imaginarse uno puede. Espera la Virgen pura,
el momento ya inminente, en que la familia humana,
sumida en sombras de muerte, con la venida del Niño,
la claridad recupere y se sienta hija de Dios y heredera de sus bienes.
Espera la Virgen pura,
el momento ya inminente, en que aparezca en la tierra el que será Rey de Reyes y el que abra al hombre las puertas de las moradas celestes.
Mientras llega ese momento,
la esperanza la mantiene en una íntima vigilia de ternuras y quereres, siempre atenta a los anuncios que a su Niño se refieren porque sabe a ciencia cierta que, ya en el mismo Pesebre,
será preciso que empiece a cumplir con sus deberes.
Gozosa mira a José, ensimismada y silente, mientras piensa que su Niño llenará el globo terrestre de amor e instaurará un reino que durará eternamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario